Escribe el nombre de dos personas con las que recientemente hayas tenido interacciones difíciles. Debajo de cada nombre escribe las historias o creencias que te cuentas acerca de estas personas. Para ayudarte a reconocer estas historias pregúntate, “¿Qué creo (tal vez subconscientemente) que (persona 1) debería ser o no debería ser, o cómo debería ser? ¿Qué tengo que creer acerca de (persona 1) para reaccionar de la forma que lo hice?” Repite el proceso para la persona 2. No importa si estas historias son correctas, buenas, malas o equivocadas. Tómate un momento para anotar qué es lo que te estabas diciendo a ti mismo. Ahora mira cada una de estas creencias y fijate qué emoción crean en ti. (por ejemplo, al juzgar a Juan como intimidatorio me siento pequeño.)
Como corolario de escribir esto, si te haces consciente de una historia acerca de los otros, acerca de cualquier persona durante la semana, practica el moverte hacia el AHORA y permite que tu mente se haga espaciosa, en lugar de cerrarse alrededor de la historia y de cualquier emoción que el creer en esa historia inevitablemente produce.